Es frecuente escuchar quejas de propietarios que dicen “mi gato me muerde cuando lo acaricio”. Se trata de un comportamiento habitual en gatos. ¿Qué se puede hacer para mejorar la situación?
¿Por qué muerden los gatos?
Los gatos muerden por dos razones principales:
- Como parte de la secuencia de caza, que incluye 1-acechar a la presa, 2- perseguirla, 3- capturarla o cobrarla, 4- morderla, 5- matarla y 6- comérsela.
- Como estrategia de autodefensa cuando se sienten amenazados
Dentro del primer punto, quedaría incluida la razón por la cual algunos gatos muerden mientras juegan, ya que el juego es, en parte, un “entreno” para la vida real. Es decir que muchos de los comportamientos propios del juego son parte de la secuencia predatoria que luego hace posible la supervivencia del gato si vive en estado salvaje. Por eso la mayoría de los juguetes para gatos incitan el movimiento y la caza. Pero claro, una cosa es entender por qué muerden los gatos y otra muy distinta es comprender y aceptar que lo hagan cuando los acaricias.
¿Por qué mi gato me muerde cuando lo acaricio?
Por naturaleza, los gatos son animales menos sociables que otras especies domésticas como pueden ser los perros. Por lo general, la estrategia de supervivencia del gato (cuando vive en libertad) se basa en la caza en solitario de pequeñas presas como ratones, topillos y otros animales de poca envergadura. El gato es, esencialmente, un animal solitario que no suele vivir en grupo junto a otros animales. Y este rasgo forma parte de su naturaleza. Eso no quita que, en ciertos contextos -sobre todo urbanos- se creen colonias de gatos callejeros, ya que en estos ambientes la pertenencia a un grupo puede aportar mayores garantías de supervivencia. Sea como sea, todos los que tenemos un gato en casa sabemos que se trata de un animal independiente y que agradece que respetemos su espacio. A muchos gatos no les gusta el contacto continuado con sus propietarios, aún cuando son ellos mismos quienes parecen buscarlo.
¡Pero es que mi gato me muerde cuando lo acaricio y es él quien me pide que lo toque!
El veterinario José Luis Guerrero explica que, en etología felina (la ciencia que estudia el comportamiento natural de los gatos), se habla de “agresividad inducida por caricias” para describir esta reacción de rechazo por parte del gato.
“La agresividad inducida por caricias es uno de los comportamientos más desconcertantes de algunos gatos, son gatos que aceptan y piden caricias y atención, pero responden con un mordisco o un arañazo cuando consideran que ya tienen suficiente”.
Para explicar este comportamiento, Guerrero apela a la psicología felina:
"Es importante conocer la psicología felina para saber interpretar correctamente las reacciones de nuestro gato. Los gatos nos saludan de la misma forma que se saludan entre ellos: restriegan su cabeza contra nuestras manos o nuestras piernas. Este comportamiento se denomina allorubbing y es un comportamiento indicativo de amistad. Pero de ahí a creer que el gato está pidiendo que le manoseemos va un abismo".
En realidad, que un gato se frote contra una persona no quiere decir que esté pidiendo ser acariciado. Lo que ocurre es que los humanos malinterpretamos ese acercamiento y, en consecuencia, el gato muerde o araña para evitar una caricia indeseada.
¿Cómo hacer para que un gato no muerda?
La mejor manera de lograr que tu gato no te muerda mientras lo acaricias es entender que sus necesidades de contacto físico son muy distintas a las nuestras. Aunque, como especie altamente social que somos, los humanos disfrutamos con el contacto físico, ya hemos dicho que los gatos pertenecen a una especie distinta a la nuestra y son, por naturaleza, animales solitarios. La etóloga Rosana Álvarez explica cómo mejorar la relación con nuestros gatos y nos da algún consejo interesante sobre cómo hacer para que un gato no muerda:
“En general a los gatos no les gusta ser tocados prolongadamente o que los miren directamente a los ojos. Esto hará que disminuya su sensación de control del entorno. Por ello, es mejor que nuestros contactos con ellos sean breves de manera que ellos puedan reponerse y decidir qué hacer. Por ejemplo, mejor decirle un simple “hola” mirándole a la cara, que contarle todo lo que hemos hecho durante la mañana. O si necesitamos tocarle, es preferible que dejemos que sea el gato quien se aproxime a nosotros y acariciar brevemente su cabeza o debajo de su mandíbula, pero parar enseguida.”
En realidad, y aunque nos frustre aquello de pensar “mi gato me muerde cuando lo acaricio”, la solución al problema es tan simple como esforzarse por mirar el mundo desde la perspectiva de un gato y entender que nuestro gato nos demuestra que nos quiere de una manera distinta.