Muchos propietarios notan que, con la llegada del calor, sus perros o sus gatos comen menos cantidad diaria de alimento. Pero… ¿es eso normal?, ¿es saludable?, ¿es el calor, realmente, el motivo por el cual comen menos?
Comer menos en primavera que en verano
En realidad, el verano no es la época del año en la que un perro o un gato come menos. Sobre todo en gatos, las variaciones del consumo de alimento y el peso corporal muestran un ritmo circanual. Eso quiere decir que siguen un ciclo anual en el que: - El consumo de alimento es máximo en otoño y mínimo en primavera. - El peso corporal del gato o del perro es máximo a mediados de invierno y mínimo en verano.
El calor No es el motivo
Las variaciones en el consumo de alimento y en el peso corporal, en realidad, no tienen que ver con la temperatura sino con la luz :) Se han hecho estudios en muchas especies de mamíferos -especialmente en rumiantes y en roedores- para entender los motivos de las variaciones en el consumo de alimento según la época del año. La conclusión a la que han llegado los expertos es, cuanto menos, curiosa: Resulta que esas variaciones en el peso y en la ingesta son la expresión de un ritmo endógeno (o sea, un ritmo que se origina dentro del organismo del animal) que está sincronizado con los cambios en la duración del fotoperíodo. En palabras más simples: el organismo de los perros y los gatos se sincroniza con la duración de la luz del día a lo largo de las diferentes estaciones del año. Y, dependiendo de eso, provoca que el perro o el gato tenga más o menos hambre y engorde más o menos.
Los perros y los gatos castrados, un caso particular
En algunas especies como el gato o el perro, la castración parece que influye en las variaciones estacionales del consumo de alimento y peso corporal.
Cuándo hay que empezar a preocuparse...
Cuando un perro o un gato dejan de comer, lo primero que hay que hacer es descartar cualquier problema de salud. Los cambios en el comportamiento trófico, o sea en la ingesta de alimento, suelen ser un signo frecuente de enfermedad. Y, además, en ocasiones, estos cambios contribuyen a agravar el curso de la enfermedad que los ha provocado. En gatos, la anorexia es especialmente peligrosa y puede provocar incluso la muerte del animal en pocos días. Por eso, si notas cualquier variación destacable en la cantidad de consumo de alimento de tu perro o tu gato, o bien percibes que pierde o gana peso de forma acelerada, acude a tu veterinario inmediatamente.