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displasia de cadera en perros: síntomas

La displasia de cadera es una de las enfermedades oseas y articulares que mas afecta a los perros. Sus sintomas pueden pasar desapercibidos cuando el perro es todavia joven.

Displasia de cadera en perros: síntomas

La displasia de cadera es una de las enfermedades óseas y articulares que más afecta a los perros. Sus síntomas pueden pasar desapercibidos cuando el perro es todavía joven.

¿Qué es la displasia de cadera?

La displasia de cadera en perros es una enfermedad relacionada con el “mal encaje” de los huesos de la cadera. En la cadera del perro, como ocurre también en la de cualquier persona, el fémur debe encajar correctamente en una cavidad llamada acetábulo situada en la cadera. De alguna manera, podría decirse que los huesos del perro forman una especie de puzzle en el que fémur y cadera encajan y permiten la movilidad de la pata del perro. Sin embargo, en algunos perros, ese encaje de piezas no se produce de la manera adecuada y la cabeza del fémur queda desplazada. Este hecho conduce a la deformación y pérdida de profundidad del acetábulo y a la remodelación de la cabeza del fémur. Se trata de un proceso degenerativo de la articulación que, al no encajar de la manera correcta, se desgasta y provoca dolor, cojera, etc.

La displasia de cadera en perros se caracteriza por una inestabilidad de la articulación durante la etapa de cachorro que provoca un rozamiento continuo. Ese rozamiento acaba lesionando el cartílago y, a la larga, deriva en artrosis.  

¿Una enfermedad de transmisión genética?

La displasia es una malformación genética, es decir que puede transmitirse de padres a hijos. Sin embargo, para su evolución es importante, también, el ambiente en el que se cría el cachorro, la superficie sobre la que camina, su nutrición, etc.

Cómo detectar la displasia de cadera en perros

Los signos de la displasia son variables, según la gravedad de cada caso y las características propias de cada perro en particular.

Síntomas en cachorros

Durante las primeras semanas de vida del cachorro, es muy difícil detectar una displasia. A medida que el cachorro empieza a crecer, si padece displasia es posible que presente alguno o varios de los siguientes síntomas:

  • Permanece sentado más rato que el resto de cachorros
  • Es menos activo
  • Se queja si juega de forma brusca
  • Al caminar puede mostrar debilidad en las patas traseras
  • Camina con las patas de atrás muy juntas, llegando incluso a cruzarse
  • Rechaza subir escaleras

Sin embargo, estos síntomas difícilmente se observarán en un cachorro si no es porque se trata de una displasia de cadera grave. De otro modo, los síntomas empiezan a evidenciarse mucho más tarde debido a la progresiva degeneración de la articulación.

Síntomas en perros adultos

Podrás detectar la displasia de cadera en perros si observas alguna o varias de estas señales:

  • Signos de dolor por la atrofia muscular
  • Cojera: el caminar del perro se altera para reducir los movimientos de la articulación y evitar el sufrimiento
  • Alteración de movimientos al correr: El perro balancea la cadera de forma exagerada al correr o incluso corre moviendo las dos patas traseras al mismo tiempo (similar a los saltos de un conejo)
  • Dolor cuando la articulación está en frío: cuando el perro se levanta o se mueve después de un rato de reposo, lo hace con dificultad
  • Mejora tras un poco de calentamiento: el perro siente menos dolor si la musculatura está activa.
  • Al estar de pie, parado, el perro mantiene las dos patas de atrás muy juntas.

En perros adultos, la sintomatología va ligada a la gravedad del daño articular (artrosis).  

¿Cómo se trata la displasia?

Lo principal a la hora de tratar una displasia de cadera en perros es que un veterinario valore, mediante una radiografía, el nivel de gravedad de la misma. Frente a esta enfermedad existen dos tipos de tratamiento:

Tratamiento quirúrgico

La mayoría de veterinarios recomienda evitar una intervención quirúrgica siempre que sea posible. El veterinario (cirujano traumatólogo) siempre tiene la última palabra sobre si debe intervenirse o no. En líneas generales, si la displasia de cadera se diagnostica a una edad temprana y la artrosis todavía no está presente, es posible realizar una intervención quirúrgica para intentar corregir la posición de la articulación y mejorar su movilidad. Para aquellos perros en los que el daño articular ya ha avanzado demasiado, se aconseja la colocación de una prótesis.

Tratamiento conservador

Se trata de mantener al perro con el mínimo nivel de dolor posible, pero sin intervenir quirúrgicamente la articulación. Este tratamiento se basa en la administración de antiinflamatorios y condroprotectores, además de técnicas de rehabilitación y fisioterapia canina o acupuntura. Estas nuevas técnicas han demostrado ya su eficacia en el tratamiento de la displasia de cadera en perros ya que ralentizan el proceso degenerativo, controlan el dolor y aumentan el tono muscular del perro. Otros tratamientos alternativos como los implantes de oro, que cumplirían una función analgésica, no han podido demostrar científicamente su eficacia todavía aunque algunos veterinarios los han aplicado con éxito en pacientes con displasia de cadera.  

Razas de perros más predispuestas a padecer displasia de cadera

Todas las razas pueden padecer displasia, pero están especialmente predispuestas las razas grandes o de tipo molosoide. También algunas pequeñas como los carlinos. Éstas son algunas de las razas de perros más propensas a sufrir displasia de cadera:

  • Pastor alemán
  • Retrievers (labradores y goldens)
  • Rottweiler
  • Perros de tipo molosoide: mastines, San Bernardos, Presa Canario, etc.
  • Dogos
  • Carlinos
  • Bulldogs