A partir de las 8 semanas es cuando los cachorros desarrollan lo que se denomina“preferencia de sustrato”. Desarrollar una preferencia de sustrato quiere decir aprender a orinar y defecar sobre una superficie de un material concreto. Por lo tanto, alrededor de las 8 semanas es el momento idóneo para empezar a enseñar a un perro dónde queremos que haga sus necesidades. Para lograr que esa preferencia se oriente hacia las superficies y lugares que nosotros deseamos, hay que seguir los siguientes pasos:
1- Supervisión
Debemos acompañar al cachorro al lugar donde queremos que orine o defeque con una frecuencia que se adapte a sus necesidades. Para no ser demasiado exigentes, debemos aplicar el siguiente principio: Se ha estudiado que un cachorro es capaz de aguantar sin orinar o defecar un número de horas igual a los meses que tiene, más una. Eso quiere decir que, para un perro de dos meses, por ejemplo, deberíamos hacer la siguiente suma: 2 meses + 1h = 3 horas NO podemos pedir un control voluntario total hasta que el perro tiene entre cinco y seis meses.
2. Anticipación
El cachorro tendrá ganas de hacer pis o caca, sobre todo después de dormir, de comer y de jugar. Habrá que acompañarlo al lugar adecuado tras esas tres acciones. La idea es intentar que el cachorro se “equivoque” de lugar el menor número de veces posible. Hay que conseguir que casi siempre acierte porque, cuando lo haga, recibirá un premio y eso reforzará la conducta.
3. Premio
Cuando el cachorro haga sus necesidades en el lugar apropiado, lo premiaremos con caricias y verbalmente y, si queremos, añadiendo un premio comestible indicado para cachorros.
4. Por la noche
Hay que habilitar una zona restringida con papel de diario a la que el perro pueda acceder mientras nosotros dormimos. Si el animal duerme en la cocina, por ejemplo, colocaremos su cama, mantita, algún juguete y lo que queramos que tenga al alcance y cubriremos el resto del suelo con papel. Poco a poco, y a medida que el perro se acostumbre a usar el diario, iremos reduciendo la superficie cubierta de periódico.
5. Otras cosas importantes
– Mantener una rutina: el cachorro tiene que poder prever cuándo podrá orinar o defecar. Tenemos que llevarle a sus periódicos de forma regular. – No castigar: castigando, podríamos tener luego problemas de muchos tipos: que el cachorro nos coja miedo, que se acostumbre a responder al castigo con agresividad, que entienda que no puede orinar o defecar en nuestra presencia porque le vamos a reñir y, entonces, cuando salgamos con él a la calle tampoco quiera hacerlo si estamos delante. – Nunca utilizar lejía ni amoniaco para limpiar la orina: la lejía es un detergente amoniacal (el orín contiene amoniaco) y los perros, al olerlo, pueden sentirse tentados de volver a orinar encima. _ Bibliografía y links de interés Mars Inc. Veterinary Oral Health Council (English) American Veterinary Medical Association (English) Cuéntanos tu caso Si tienes cualquier duda sobre lo que acabas de leer, el equipo veterinario de Nutro te la aclara personalmente en nuestro FACEBOOK. ¡No dejes de escribirnos!